Categoría: Uncategorized
Gracias a una gestión de la APD el Senado aprobó la incorporación de los portales en la ley de Pymes periodísticas
El Senado aprobó esta tarde en un plenario de comisiones la inclusión de los portales de noticias en la ley de Pymes periodísticas. El plenario de las comisiones de Presupuesto y Medios de Comunicación fue encabezado por sus titulares, Juan Manuel Abal Medina y Liliana Fellner y contó con la participación de los directivos de la Asociación de Periodismo Digital (APD), impulsora de la iniciativa.
La reunión, realizada en un colmado Salón Illia, contó además en la mesa principal con la presencia del vicepresidente de la comisión de Hacienda, el senador Julio Cobos, que también respaldó la iniciativa. En el inicio de las deliberaciones habló el presidente de la APD y director de La Política Online, Ignacio Fidanza, quien destacó que “es fundamental que se apruebe el proyecto y se repare esta omisión, porque absolutamente todos los portales de noticias de la Argentina son Pymes y es absurdo que estén excluidos del beneficio tributario”.
Hoy, los medios digitales deben pagar 21% de IVA, cuando la ley sancionada en 2014 que beneficia a los diarios de papel, establece que las Pymes periodísticas paguen del 2.5% al 10%, según su facturación. Los portales de internet, hasta que surgió la decisión de crear la APD, fueron históricamente marginados de todos los beneficios y ayudas que se dieron al sistema de medios.
En ese sentido, Fidanza destacó en su discurso que la ley es “fundacional” para la APD porque es el primer reconocimiento institucional que recibe, paradójicamente, el sector más dinámico y de mayor crecimiento de los medios. “Esta decisión es un enorme aliciente para nosotros que hasta hace no mucho tiempo teníamos que escuchar que grandes medios hablaran de si mismos como “periodismo de calidad”, en contraposición a los portales. Hoy la realidad se encargó de resolver ese debate y vemos que hasta diarios centenarios como La Nueva Provincia, abandonan el papel y se convierten en portales. Hay periodismo bueno y malo en el papel y el mundo digital”, agregó Fidanza.
El presidente de la APD celebró que se hayan sumado a la reunión miembros de Adepa y evaluó que en el futuro ambas asociaciones podrían coincidir en acciones, como el reclamo al Gobierno por los recursos que gasta en Facebook y Google, como trascendió hoy, en detrimento de los medios nacionales que producen contenido local. “Nuestro sector sufre una doble discriminación, del total de la pauta oficial, el Gobierno sólo destina a la web el 4,3% y de ese ínfimo recurso el 70% lo gasta en Facebook y Google”, señaló.

Luego fue el turno del vicepresidente y secretario de la entidad, Enrique Eiras de MDZ Online, quien difundió una pormenorizada exposición de “datos duros” del sector acompañados de un PowerPoint (ver adjunto).
Eiras mencionó que 3.4 billones de usuarios a nivel mundial se conectan a Internet y que Argentina lidera en la región con un uso que alcanza al 80% de la población. “Este es un fenómeno de penetración que ya lo vimos cuando desembarcaron en el país los cables”, señaló el vicepresidente de la ADP y destacó que la tendencia muestra que “los jóvenes prefieren informarse mediante páginas web y no mediante gráfica o televisión”.
También señaló el ejecutivo de MDZ que la tendencia mundial revela un consumo creciente de medios de información en línea a través de teléfonos celulares, en detrimento de las computadoras de escritorio o las tablets.
La participación de la APD la cerró el secretario de la asociación, Carlos Marino de Letra P, quien afirmó: “Venimos en representación de empresas periodísticas. Es muy importante entender que Google, Facebook y Twitter no son medios de comunicación, son plataformas donde circula la información que otros producen”.

“En Internet, el debate no es sólo por la alícuota tributaria, sino por comprender cómo funcionan las empresas de periodismo digital. Es el momento de tomar a los portales de Internet como empresas culturales, que son pilares de la cultura democrática, que generan trabajo y garantizan la diversidad de voces en todo el país”, agregó Marino y señaló que “el desafío es generar las condiciones para que estas empresas se desarrollen y puedan seguir creciendo, como así también pensar los mecanismos para garantizar la libertad de expresión”.
La modificación de la ley ya cuenta con media sanción de Diputados y se espera que en las próximas semanas el Senado la apruebe en el recinto, con lo que pasaría a convertirse en ley.
Fidanza y Marino en La Mirada hablaron sobre la APD
Entrevista a Santiago Cantón
Trabajó con la familia Kennedy y en el Instituto Nacional Demócrata, también fue secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ahora se sumó al gobierno de María Eugenia Vidal. Con más de veinte años en México, nos dio un gran panorama sobre el momento actual de la política de Estados Unidos y la situación de los derechos humanos que se encontró en la Argentina.
El caso López marca un cambio de época en el peronismo
Massa cree que es el principal beneficiado. El ocaso del kirchnerismo.
|
Se trata de esos acontecimientos que redefinen la política. La detención de uno de los funcionarios más importantes de los doce años del kirchnerismo, revoleando bolsos repletos de dólares, al interior de un convento semi abandonado, ante la mirada escandalizada de un grupo de monjas, supera la escena más delirante de Tarantino.
“Yo robé dinero, para venir a ayudar acá, me van a meter preso”, gritaba López mientras desparramaba millones de dólares. El problema es que la escena confirma todo lo que se dijo y se sospechaba: Que el kirchnerismo saqueó el Estado, que cobraban las coimas en efectivo y que ahora no saben que hacer con ese dinero.
Como le explicó una fuente muy importante del mundo de las finanzas a este columnista, cuando se llega a una encerrona como la que viven los kirchneristas, la única solución es quemar la plata -sí, como en Breaking Bad-. Amontonarla en un desierto, rociarla de nafta y prenderla fuego. Así de sencillo. Pero claro, la codicia pudo más.
En el plano político, acaso todavía sea pronto para mesurarlo en toda su extensión, pero ya se pueden sacar algunas primeras lecturas. La escena agudiza la degradación del kirchnerismo a un punto que acaso ya no tenga retorno y abre un enorme interrogante sobre una eventual regreso de Cristina Kirchner a la esfera pública para competir en las elecciones del año próximo.
De manera simétrica le da la razón a aquellos peronistas que eligieron apartarse de la conducción de Cristina, como Pichetto, Bossio y la mayoría de los gobernadores. Es razonable entonces esperar una sangría de legisladores y dirigentes hoy identificados como kirchneristas, hacia esas cabeceras de playa.
Le da por otro lado la razón a Massa en su argumento frente a todos aquellos que le piden que regrese al peronismo. “Yo ya pagué el costo de romper ¿Porqué voy a volver a un lugar donde tengo que dar explicaciones por la corrupción y La Cámpora?”, suele responderles.
Son posicionamientos tácticos lógicos y cruzados por los primeros tanteos por las listas del año que viene y la presidencial del 2019. Pero lo que está claro es que la transición políticaque inició el gobierno de Macri al pasar de un régimen populista a una economía de mercado, tuvo su primera eclosión importante en el peronismo.
Para el Gobierno es una buena noticia porque le saca de agenda el tarifazo y los efectos mas duros del ajuste. Pero a la vez, acelera el cambio de piel en el peronismo, que acaso llegue a las elecciones del año que viene con el kirchnerismo enterrado, y eso lo vuelve un rival mucho más difícil.
Pero el cambio de época más visible se vivió esta tarde, en el Congreso. Allí, Pichetto, Massa, y un grupo de gobernadores peronistas, negociaban la aprobación de los pliegos que propuso el Gobierno para la Corte Suprema y las modificaciones a la ley de blanqueo y pago a jubilados.
Por primera vez en más de una década, las negociaciones políticas más importantes del país se cerraban sin la presencia de kirchneristas.
Macri paga el costo de una transición necesaria
La pericia de Macri para mantener el rumbo entre las negociaciones infinitas, definirá su Presidencia.
Exceptuando al kirchnerismo que mantiene la defensa de un proyecto populista-y está en todo su derecho-, la crítica al gobierno de Macri es más metodológica que de rumbo. El Presidente inició una corrección estratégica que en el trazo grueso regresa a la Argentina a una economía de mercado similar a la que impera en la mayoría de los países de la región.
Por definición, la operación de pasar de un régimen populista a uno de libre mercado es una transición política. Y se sabe que las transiciones suelen ser implacables con sus creadores, que aún exitosos, deben esperar décadas para que se les reconozca el trabajo realizado.
Es natural. El sentido profundo de la transición es cambio, mutación, proceso de transformación que deja inconformes de uno y otro lado. Unos porque pierden lo que tenían, otros porque lo nuevo no termina de llegar, con la urgencia de sus deseos. Navegar atemperando la revancha y amansando a los derrotados, no es tarea sencilla.
Por eso, mientras los seguidores de Cristina denuncian un ajuste impiadoso, desde la tribuna neoliberal miran los números del déficit y acusan al Gobierno de practicar un kirchnerismo de buenos modales. Paradoja clásica de toda transición. Adolfo Suárez, lamentablemente, no está vivo para consolarlo.
La buena noticia es que Macri parece dispuesto a pagar el precio. No es poco.
Como sea, el proceso histórico en el que está embarcado lo excede y eso es lo interesante. Si se mira hacia delante, las opciones que empiezan a bosquejarse: Sergio Massa, Florencio Randazzo, Juan Manuel Urtubey, María Eugenia Vidal, son variantes de su orientación programática, en todo caso con la promesa implícita de mayor eficacia en la gestión política y tal vez una sensibilidad social más aceitada. Habrá que ver. Pero es indudable –si se miran las encuestas-, que el regreso al populismo es una salida sólo para un porción minoritaria de los argentinos.
Tal vez esa sea la razón que explique porqué Macri dejó de caer en las encuestas, porque en el medio del tarifazo, el pico inflacionario y la caída de la actividad, la mayoría de la población mantiene una paciencia budista, que parece exceder incluso la tontería apresurada de prometer un repunte en el segundo semestre. Tontería que Gabriela Michetti se apuró a corregir, con más visión política que aquellos que se burlan de su “sincericidio”. Siempre es mejor anticipar las malas noticias que esperar la decepción.
Y ese es otro dato alentador. Los argentinos, por una vez, parecemos dispuestos a transitar el camino a la madurez. No hay recetas mágicas. Bienvenidos al mundo. Las inversiones hay que pelearlas. Generar trabajo digno es difícil y pasar de una economía sojadependiente a un modelo de desarrollo diversificado puede llevar décadas. Pero veamos la trayectoria.
El chavismo que no fue
Cristina trazó una línea que apuntaba al firmamento chavista. Forzó así a un extremo, a un peronismo que siempre fue más parecido al PRI mexicano que al socialismo cubano. Y como era lógico, ese esfuerzo ideológico terminó ralentizando el proceso que imaginaba la ex presidenta.
Hoy, la Venezuela de Nicolás Maduro logró el milagro de convertir en sensatos al régimen de los Castro. Así de mal está ese experimento, prometido como el paraíso recuperado.
Unos miles de kilómetros más al sur, el peronismo retoma –con contradicciones- la corrección programática que ensayó Néstor Kirchner, luego de la eclosión del neoliberalismo de Carlos Menem. En esa franja se mueven Massa, De la Sota, Urtubey, Gioja y Bossio, por citar algunos.
Es un remix de aquel peronismo renovador de Cafiero que supo combinar ideas modernizantes con justicia social. Un regreso a las fuentes que seguramente agrada al paladar de Carlos Grosso, no casualmente uno de los primeros en advertir sobre los desplazados del modelo menemista; hoy integrante muy escuchado de la mesa chica del Presidente.
Es ese viejo sueño incumplido de convertir al peronismo en un PSOE a la Felipe González, que hoy enfrenta la disincronía de vivir en un mundo que acumuló decepciones. Sin embargo, esa sensibilidad que se abre paso en las aguas subterráneas del partido mayoritario de la Argentina, ofrece a Macri la oportunidad de darle a su Presidencia un rol histórico ingrato pero valiosísimo: Ser el Gobierno que regresó a la Argentina a la senda de la normalidad. Aquel que pagó su libra de carne, para que tal vez otro disfrute de la cena.
Claro que las acechanzas son tremendas y la falta de política es evidente y fue advertida. Por eso, por ejemplo, Macri puede perder las elecciones del año próximo. Porque incide lo estructural y lo operativo. Pero algunas derrotas bien orientadas valen más que victorias oportunistas. O dicho de otra manera, nadie dijo que la redefinición de un Estado sobredimensionado y agotado, iba a ser agradable.
El otro riesgo, mucho más serio, es quedarse a medio camino de todo y no resolver nada de lo importante. Es el riesgo ineludible de las transiciones y lo que en definitiva juzgará la presidencia de Macri: Su pericia para, entre negociaciones infinitas, ir llevando el pulso de la línea trazada.